A lo largo de mi vida, he escuchado a mucha gente decir, que todo pasa por alguna razón, sin embargo, cuando pregunto la razón por la cual algún acontecimiento sucede, nadie es capas de darme una explicación de las cosas.
Siempre creí, que cuando encontrabas a la persona correcta para compartir el resto de tus días en este caótico mundo, un vinculo más fuerte que la vida se formaba entre ambos.
Creía, que si algo llegaba a sucederle a una de las dos parte la otra persona experimentaría algún sentimiento o premonición, sin embargo, al final descubrí, que todo eso solo son tonterías que las personas dicen a otras o a sí mismas para tratar de tener una vaga esperanza de proteger a sus seres amados.
Por mucho tiempo estuve buscando una razón, una explicación, algo que me hiciera entender el por qué yo no supe, no sentí nada, no percibe ninguna señal que me indicara que mi amada Elizabeth sufría.
En verdad creí, que si algo malo le pasara yo sería capas de percibir, presentir la situación y así protegerla de todo peligro, por desgracia, basto una llamada para saber que mi amada esposa no llegaría a casa aquella noche del Diciembre, el destino suele ser cruel con los amantes que solo quieren vivir sus vida en armonía, tratando de no sumergirse en el estrés del día a día.
Jamás me imagine que un solo desperfecto, un ligero desequilibrio, un minúscula falla en el mecanismo de su auto, bastaría para que el destino me arrebatara de los brazos al amor de mi vida, aun cuando la vi en su lecho de muerte me negaba a creer que la visión ante mí era real.
Después de su sepelio y posterior entierro, me aleje de muchas personas, amigos, compañeros, familia, quienes solo querían brindarme su apoyo; pero, como podrían ser capaces de ayudarme en esos momentos, ninguno de ellos tenía la capacidad de devolverme a mi Elizabeth, por mucho tiempo me sumergí en un encierro solitario, hasta poco a poco recuperar la cordura nuevamente.
Con el tiempo volví a recuperar mis amistades, quienes a pesar del tiempo seguían esperando por mí para saber como estaba, mi familia jamás me abandonó, mis amigos me brindaban si cariño como siempre había sido, mi vida comenzaba un nuevo capitulo, debía seguir adelante, por mi Elizabeth, se que a ella no le hubiese gustado verme en esa deplorable situación.
Una noche mientras me encontraba con cuatro amigos dos varones y dos chicas en casa de uno de ellos, me presentaron unos nuevos amigos que se habían unido al grupo durante mi encierro, ambos chicos eran agradables, pero tenía ideas sombrías sobre la vida y la muerte, vestían de forma inquietante con llamativos tonos negros, eso nunca me ha molestado en lo más mínimo, pero en ocaciones los relatos sobre sus experiencia hacían que más de uno nos sintiésemos inquietos, incluso perturbados.
No fue hasta una noche de Abril, que la joven pareja fue más allá con sus actos, mientras nos encontrábamos en un bar bebiendo unas cervezas y escuchando una banda de rock local, el chico comentó haber usado una tabla especial para contactar con los espíritus del más allá, a lo que su novia confirmó sus historias argumentando las experiencias realizadas en un cementerio cercano al bar donde nos encontrábamos.
Poco a poco y al calor de la platica y los niveles de alcohol subidos de tono en la mayoría de los presentes, los ánimos por experimentar con la mencionada tabla se hacían más grandes, yo por mi parte al escuchar que podías hablar con personas conocidas que ya habían fallecido, no tarde en generar la idea de hablar con mi Elizabeth.
Ya habían pasado unos años de su muerte y aun así yo seguía con el deseo de hablar con ella, al menos una vez más para decirle que estaba bien, y que esperaba ella estuviese en un mejor lugar, entonces uno de mis amigos notó la inquietud en mi cara y con su mirada pude percibir que me cuestionaba si pensaba lo que él creía estaba pasando por mi mente, sin decir palabras, solo con la vista cruzada yo asentí y él también a continuación, por lo que entendí, el me apoyaba con mi decisión.
Eran cerca de las 3:00 de la madrugada, el bar estaba por cerrar, así que guiados por los jóvenes, a quienes se les había puesto el apodo de “la pareja gótica”, nos dirigimos en dirección al cementerio, al llegar, tuvimos que trepar por una barda de concreto para cruzar al otro lado del lugar, como nuestros guías experimentados en el mundo de lo paranormal, dejamos que la pareja gótica nos llevara al lugar ideal para hacer contacto con el más allá.
Después de unos minutos todos llegamos a una especie de plaza a mitad del cementerio, en ese lugar se realizaban la mayoría de ceremonias religiosas cuando se acercaban las fechas para venerar a los difuntos, pero también se contaba que seguido se practicaban rituales satánicos para invocar a las fuerzas de la oscuridad, por mi parte, desde la muerte de Elizabeth me volví completamente escéptico, incluso algo alejado de los temas religiosos y de índole paranormal y demás.
Al estar en esa zona todos nos sentamos en medio de la plaza formando un circulo y entonces, el joven gótico sacó la tabla, no me había percatado que la cargaba consigo cuando estábamos en el bar, sin embargo no le di importancia, seguido de eso, la chica nos pidió colocar el dedo indice sobre un pedazo de madera con forma de triángulo, la pareja entonces nos explicó que ese tablero se conoce como ouija y el pequeño puntero era para que los espíritus se comunicaran mediante las letras, numero y palabras impresas en el tablero, seguido de eso, nos pidieron colocar el dedo índice sobre el puntero y en seguida, las sesión espiritual dio inicio.
El chico gótico preguntó quien quería ser el primero en preguntar algo, y entonces mi amigo alzo la voz en dirección a mí, argumentando que yo podría estar interesado en hablar con mi difunta esposa, el habló por mí pues sabía que yo no me atrevería a dar el primer paso, entonces todos volvieron su mirada hacia mí y finalmente yo asentí sin decir más.
Comencé con mi primer pregunta, quería saber si Elizabeth me escuchaba, paso un momento y no hubo respuesta, un par de segundos después comencé a perder la paciencia y dije que era inútil hacer eso, repentinamente el puntero comenzó a moverse por si solo, yo les reclamé que no me gustaba que se burlaran de mi situación, pero al ver el rostro de todos me quedó claro que nadie estaba de broma, todos al igual que yo se habían sorprendido por el movimiento del objeto sobre el tablero.
Con movimiento lento, el puntero pasó a través de las letras hasta llegar a la palabra “HOLA”, el joven gótico entonces nos dijo con énfasis que no debíamos retirar el dedo del objeto así estuviésemos asustados, pues la conexión se había establecido y si nos retirábamos sin cerrarla podría ocurrir un desastre, así que todos nos mantuvimos firmes durante la sesión, entonces la chica gótica preguntó quien era la presencia que nos saludaba.
El puntero se movió nuevamente formando una palabra que me altero un poco, “ELIZABETH” fue la respuesta de aquello que nos contestó, entonces pedí que me dejaran preguntar algo, los demás accedieron y pregunte si era mi esposa, el objeto se movió y llego a la palabra “NO” del tablero, entonces me sentí decepcionado y me deprimí un poco, mi amigo trato de tranquilizarme, seguido él preguntó qué es lo que quería y la respuesta de la presencia nos impactó a todos, “SACRIFICIO” se formó con las letras seleccionadas, entonces el chico gótico preguntó que clase de sacrificio quería, los demás pidieron que parara la sesión, pero ambos, la pareja gótica estaban emocionados por la situación, el puntero continuó su movimiento, formulando “INOCENTE”, entonces el chico gótico con euforia dijo interpretar que la presencia quería el sacrificio de un inocente, mi amigo por su parte comenzó a decirle que detuvieran todo porque loas otras chicas comenzaban a asustarse, mismas que pidieron que pararan la sesión para irse de ese lugar.
Los chicos góticos algo molestos aceptaron, pero nos pidieron poder preguntar algo más y después de eso no iríamos, todos accedimos y entonces la pareja se miró el uno al otro como si ya tuviesen algo en mente, seguido de eso el chico entonces pidió a la presencia manifestarse, por lo que molesto, le exigí que se dejara de cosas, pues nos habían mentido, de pronto el puntero volvió a moverse para forma la frase “DENTRO”, por lo que el chivo gótico preguntó dentro de donde se encontraba, y el puntero formó la última palabra “ELLA”.
Sin que nadie se lo esperara la chica gótica comenzó a agitarse completamente, como si le estuviese dando un ataque epiléptico, el chico entonces la abrazo para detenerla y comenzó mencionara frases sin sentido.
“EL BAILE TERMINA A LA HORA DEL MONO”
“LA NOCHE CAMINA POR EL DESIERTO DE PLATA”
“ÉL VIENE SOBRE SU CORSEL DE MADERA CON SU SOMBRERO DE HUESO”
-Vamos Angela reacciona-, el novio de la chica trataba de calmarla, hasta que grito su nombre y entonces esta se detuvo, giro la mirada al chico y con un tono más grave en su voz esta le respondió.
-Me llamo Elizabeth-, al decir esto era cuerpo de la chica se petrificó por completo, mientras emitía un fuerte y estruendoso grito al aire hacia el cielo, un grito desgarrador.
Mis amigos se levantaron de la impresión, el joven por su parte la abraza y le suplicaba que dejara a su novia en paz, por primera vez mostraba signos de miedo, un completo terror en su mirada y la desesperación de ver a su novia en ese estado, entonces me sentí algo identificado, como cuando vi a mi amada esposa en sus últimos minutos, durante la lucha por su vida en la sala de cirugías.
Sin saber como un instinto me hizo reaccionar y corrí a tomar la tabla, y sin bacilar la partí en dos golpeándola contra mi pierna, en cuanto la tabla se partió en dos, la chica cayó al suelo, su cuerpo se había liberado, todos asustados pero con ganas de salir emprendimos la huida de ese lugar, mi amigo ayudo al chico gótico a cargar a su novia, mientras los demás buscaban una salida alterna, pues no podíamos trepar el muro de concreto con la novia del chico en ese estado.
Seguimos caminando por unos minutos, mirando en todas direcciones, cuando de pronto comenzamos a escuchar lamentos, provenientes de todas direcciones, era como si salieran de las tumbas aquellos desgarradores sonidos, finalmente después de lo que pareció una eternidad notamos una puerta en la distancia, para nuestra suerte estaba abierta y apresuramos el paso, estábamos por llegar, cuando de la nada una especie de humo comenzó a manifestarse delante de nosotros, hasta forma la figura de una mujer.
-No se detengan-, grité y decidí adelantarme para confrontar a aquella aparición, no sabía como pero estaba dispuesto a defender a mis amigos, cuando llegue hasta ella mis piernas se detuvieron de golpe, no lo podía creer, es figura no era otra que mi Elizabeth, en total confusión solo pude pronunciar su nombre con tartamudeo, pero poco duro la impresión, pues la imagen de mi amada comenzó a deformarse y entonces comprendí que solo era un visión que me había hecho ver esa cosa.
-¿Quién eres?, ¿qué quieres?-, grité enojado, mis amigos se sorprendieron pues nunca me habían visto desplegar el coraje frente a ellos, siempre me mostré como una persona apacible, pero el engaño de esa aparición me había hecho sacar todo el sentimiento de ira que había reprimido durante todos esos años y entonces sin reconocerme a mi mismo me desquité con la aparición, le grite tanta maldiciones y le exigí que nos dejara en paz, cuando finalmente me quede sin aliento, me detuve y solo miraba a la figura frente a mí con la respiración agitada.
-Vuelve-, finalmente dijo aquella aparición y acto seguido se desvaneció delante de mis ojos, los demás llegaron hasta mí y mi amigo me preguntó si estaba bien, yo solo baje la mirada y después giré la vista a ellos, para asentir, acto seguido todos salimos lo más rápido de ese lugar y llevamos a la novia del chico gótico a un hospital para que la revisaran.
Después de un par de horas, la chica salió, tenia una contusión en la cabeza pero no había pasado a mayores, después de eso, todos tomaron transporte para irse a sus respectivo hogares, yo fui el último en partir, me encontraba esperando un taxi para ir a casa, estaba sumido en mis pensamientos, bajo la luz de la lampara de calle en la acera, repentinamente la luz comenzó a parpadear hasta apagarse, levanté la mirada y entonces la luz volvió a encenderse, segando momentáneamente, bajé la mirada y froté mis ojos con los dedos índice y pulgar de mi mano, cuando abrí los ojos me llevé una fuerte impresión, la figura de humo del cementerio ya hacia de pie parada frente a mí al otro lado de la calle, seguido de eso mi respiración comenzaba a agitarse y de pronto, la figura se desvaneció en un parpadeo, pero noté que al desaparecer la figura un objeto cayó al suelo, la curiosidad hizo que me acercara y entonces vi que se trataba de un pedazo de la ouija que había roto, sobre ella estaba el puntero, entonces me agache y me coloqué en cuclillas y una fuerza invisible me hizo sentir ganas de colocar el dedo índice sobre el puntero, lo hice y entonces este comenzó a moverse, lentamente se deslizó hasta llegar a la palabra “ADIOS”, la sesión finalmente había terminado.
Me levanté dejando los objetos en el suelo, sinceramente no me interesa saber que fue de ellos, cuando finalmente un taxi pasó y lo tomé para ir a casa, durante el transcurso meditaba sobre todo lo que había ocurrido esa noches, las frases extraña que mencionó la chica mientras estaba poseída, la manifestación de la figura en el cementerio, la última aparición en la calle, realmente es algo que no podré olvidar fácilmente, con el tiempo mis amigos, incluyendo a la pareja gótica claro esta, decidimos no hablar más sobre el tema, la pareja por su parte cambiaron sus hábitos y no volvieron a involucrarse en temas paranormales, yo por mi parte algunas noches he tenido visiones a través de mis sueños, me miro a mi en un lugar lleno de neblina a esa mujer intentando guiarme hacia alguna lugar, quizá un día decida seguirla y descubrir que es lo que intenta mostrarme.
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