Todos los días él la miraba, sin que ella lo supiera, cada mañana mientras caminaba rumbo a la escula, él se mantenia cerca para observar su andar, mientras susurraba frases de amor por ella, susurros que solo él podía escuchar y entender.

"Adoro como caminas por la mañana"

"Como el viento hace volar tu cabello"

"Quisiera olerlo para disfrutar de su dulce fragancia"

"Camina mi amor... adoro ese lindo andar"


Durante la noche y sin que ella se diera cuenta, él la observaba dormir, entre las sombras, en un rincón de su habitación, mientras su mente se llenaba de pensamientos de amor, al menos ese sentimiento que sólo él podía entender.

"Adoro verte dormir"

"Te ves adorable mientras sueñas"

"Quisiera acariciar tu rostro"

"Tus labios son tan lindos y delicados"


Día a día, la sed por su sangre se volvía más intensa, anhelaba el aroma de su piel, la sensación de sus manos y el sonido de su voz, obsesivamente él la seguía y la asecha como una bestia que caza a su presa.

Noche tras noche escribía cartas, cartas que deja en la mochila de su amada mientras ella esta en el receso escolar, cartas que también dejaba en el buro a lado de su cama mientras ella dormía.

Cuando no pudo contener más su instinto asesino él atacó, mientras sus manos se llenaban de la sangre de su amada mientras ella solo podía mirar con impotencia como su asesino no era otro más que su mejor amigo, el hombre que la acompañaba cada día a la escuela, el hombre que la hacia reir durante el receso, el hombre que en secreto la amaba y deseaba con un amor enfermiso y obsesivo.

Cuando la policia llego al lugar del asesinato, en la habitación del chico, descubrieron todas las fotografía, todos los escritos, toda la obsesión plasmada en una lamina llega de frases y mechones de cabello de la víctima, al final resolvio que de no estar con él, ella no estaría con nadie más.

Sus últimas palabras antes de partir de esta vida, vida que ya no quizo vivir si no estaba con su amada fueron.

"Ella era mía"

"La mate porque era mía"


Él sabía que no podía remediar las cosas y simplemente optó por terminar sus días de la misma forma que termino con la de ella.