Deja que te cuente una historia, esta historia trata de cómo un hombre sobrevivió a la muerte, pero teniedo grandes repercuciones después, debo aclarar que no es mi intensión causar perturbación ni mucho menos, sin embargo, tendré que contarte con lujo de detalle para puedas entender bien el mensaje de esta historia, en verdad si existe un dios espero que se apiade de mi alma y me permita encontrar la paz en estos momentos de desesperación.
Como toda historia trágica, la mía tiene un principio y un final, mientras espero este último te contaré mi situación y como es que llegué a la misma.
“Un mes antes…”
Me encontraba empacando todo lo necesario para salir de viaje con mis amigos, Benjamín, Arturo, Josué y Yo, estábamos listo para nuestra aventura rumbo a la playa, hacia tiempo habíamos planeado este viaje para relajarnos del estrés de la ciudad en un ambiente más tranquilo, finalmente pudimos coincidir en nuestras vacaciones laborales por lo que sin esperas, dimos comienzo a nuestro destino.
Benjamín nos prestó su camioneta para el viaje, era grande y con el diseño ideal para la terracería, por lo que pudimos viajar como grupo y así, disfrutar del viaje de la mejor manera, Arturo era el cerebro del grupo, el siempre tenía un plan para casi todo y fue él quien no prepaóo la ruta óptima para nuestro viaje y se aseguró de contar con el equipo y herramientas de apoyo necesarios, Josué es el más joven de los cuatro, a él lo conocimos en un festival de música fuera de la ciudad mientras todos bailábamos como un trio de monos sueltos, Josué siendo lugareño fue nuestro guía en su localidad, siempre tenía un buen chiste que contar entre su repertorio de ideas.
Yo por mi parte, soy un poco más tranquilo, no digo que sea un santo, pero me considero una persona que se puede adaptar a la situación, eso me ha permitido tener buenas relaciones, tanto de amistad como sentimental, pero no entraré en profundidad en ese aspecto.
Recuerdo que mientras Benjamín manejaba todos escuchábamos una buena canción, a todos nos gustaba el rock, el metal y otros generos, era una de la tantas cosas que nos unía al estar juntos, recuerdo bien que Paranoid de Black Sabbath estaba sonando en ese momento, los ritmos movidos y alocados de la guitarra acompañados de la batería nos sumergía en un buen ambiente de relajo y descontrol, entre las bromas y juegos, Arturo, que iba en el asiento del copiloto movía ligeramente el volante o cubría y volvía a descubrir rápidamente los ojos a Benjamín.
-Tengan cuidado chicos, no estén jugando así-, a mi me pareció que era un acto peligroso, por lo que les recomendé no continuar con esas travesuras.
-Tranquilo hombre, no pasa nada, tu viste que fue rápido-, me respondió Arturo, mientras Benjamín reía y le daba la razón.
-Solo digo que debemos tener cuidado, ya estamos en la autopista y podríamos pasar por curva peligrosa-, les reiteraba a los chicos, ¿no se por qué?, pero en ese viaje había tomado el papel del responsable y el tipo con el sentido común alerta.
-No te preocupes ya casi llegamos a la playa, pronto estaremos en la arena buscando unas lindas chicas, relájate hermano-, Benjamín me miró por el retrovisor y me apaciguó para que no me pusiera paranoico, algo gracioso, dada la canción que en ese momento escuchábamos.
-Bien, pero voltea la mirada al camino-, contesté a Benjamín con leve zape en la cabeza, ya que iba en el asiento detrás de él, los demás se rieron y Benjamín continuó manejando; el viaje iba bien, pero no esperábamos que una falla de seguridad sería la causa de nuestra tragedia.
Al entrar a un túnel, notamos que una camión grande que transportaba material de construcción, unas barricadas de concreto para ser exacto, iba delante de nosotros a unos escasos diez metros, Benjamín intentó rebasarlo porque el conductor del transporte iba a una velocidad lenta, por la carga que llevaba claro esta, pero debido a que el túnel era de doble sentido, le era difícil a mi amigo rebasar el camión, ya que constantemente pasaban autos en el otro carril.
Finalmente después de unos minutos vimos el final del túnel a lo lejos y entonces todos comenzamos a saborear el aroma de la brisa del mar e imaginar sintiendo la arena en nuestros pies, sin embargo, un ruido nos sacó de nuestra bella visión, pues una falla en el arnés de seguridad del transporte hizo que el peso del concreto lo rompiera, provocando que una de las barricadas se soltara y comenzara a deslizarse hacia nosotros, ya que nuestro auto era el que estaba detrás del camión, era seguro que esa cosas aplastaría el cofre y volaríamos en pedazos, no podíamos retroceder, pues una fila de auto se había formado detrás nuestro, Benjamín entonces comenzó a presionar el claxon de su camioneta con prisas para avisar al conductor del transporte, Arturo, Josue y Yo comenzamos a hacer señas al tipo y a los vehículos detrás para que ellos también se detuvieran, sin embargo no hubo respuesta, pues las personas parecían tomar nuestras acciones como relajo.
-Agárrense fuerte, vamos a rebasar el camión, creo que no vienen carros adelante-, nos dijo Benjamín mientras comenzaba a girar el volante para salir, entonces aceleró y la camioneta avanzó por el lado izquierdo del camión de transporte.
Nos sentimos algo aliviados de librarnos de esa, pero poco tardo nuestra suerte, pues la barricada suelta finalmente cayó al suelo y al hacerlo, arrastró consigo dos más junto al trozo de arnés que estaba colgando, ocasionando que el peso del material levantara momentáneamente el camión por sus llantas traseras, mismas que por la inercia se ladearon e hicieron que el camión se desviara del carril chocando con nuestro vehículo, el impacto hizo que Benjamín perdiera el control del volante y la camioneta se deslizó hasta estamparse con la pared del túnel a nuestra izquierda, yo en un acto desesperado arroje mi cuerpo al suelo del los asientos para tratar de evitar el impacto del camión y la pared del túnel contra la camioneta, pero al final recibí un fuerte golpe en la cabeza que me dejó aturdido.
Mis amigos, así como mucha más gente, no corrieron con tanta suerte, pues el camión no solo impactó con nosotros, ya que al desviarse, creo una onda de choque con los automóviles que venían detrás de nosotros, a su vez, las barricadas de concreto que cayeron al suelo también actuaron como tal, haciendo colisionar a varios autos con dichas estructuras, causando grandes destrozos y accidentes, con esfuerzo me levanté y miré a mi alrededor, todo era un caos, personas muertas ya hacían tiradas en el suelo, algunas habían salido disparadas desde el interior de sus autos por el choque, otras más, víctimas de los trozos de fierro y metal que se desprendieron de los vehículos habían sido cortados de forma espantosa, miembros cercenados, craneo abiertos, amputación de gran parte de sus cuerpos y litros de sangre por todos lados, así como trozos de carne aplastados.
-Chicos, ¿chicos están bien?-, le hablé a mis amigos para comprobar su estado, pero mi impresión fue tal que mis ojos se abrieron hasta no poder más.
Benjamín tenía la mitad del cuerpo destrozado, producto del impacto contra la pared del túnel, Arturo tenía un trozo de metal atravesado en la cabeza, le había roto el craneo arrancado la quijada y desgarrado horriblemente su garganta, Josué era el único que seguía con vida, pero su estado era deplorable, apenas podía respirar, tenía trozos de vidrio en la cara, dañando gran parte de sus ojos, tenía el globo ocular derecho completamente salido, colgando de la cornea y de la cavidad del mismo brotar sangre.
-Josué, Josue me escuchas, vamos hombre contesta-, comencé hablar con Josué, mismo que apenas respiraba, no podía hablar, solo jadeaba, yo estaba entrando en pánico y mis ojos se llenaron de lagrimas.
-No te preocupes, saldremos de esta, vamos amigo, déjame ayudarte a levantar-, intenté ayudar a Josué a levantarse de su asiento, pero este solo se retorció, algo le causaba dolor, entonces me acerqué para ver que era lo que lo lastimaba y nuevamente me llevé una desgarradora sorpresa, Josué tenía una parte de la puerta incrustada en su cadera, la cual se había doblado por el impacto y adquirido forma puntiaguda, también tenía un gran trozo de vidrio de la ventana enterrado en el pulmón, por eso le costaba hablar, respirar y moverse, no había nada que podía hacer, mis amigos estaban muertos, no entendía como es que yo había logrado salir de esa situación.
Como pude, logré salir de la destrozada camioneta, miré todo el siniestro espectáculo, digno de una visión de una novela de terror, pero eso era real, la gente sobreviente lloraba desesperadamente, aquellos que aun no morían agonizaban de dolor, mi mente comenzaba a distorsionarse y mis piernas se doblaron haciéndome caer de rodillas al suelo, era como escuchar la representación de las almas atormentadas del infierno, de pronto un extraño escalofrío recorrió mi cuerpo y sentí una presencia entre todo ese desastre, no supe que era, pero en cuestión de segundos comencé a escuchar a los equipos de apoyo acercarse al lugar, mi cuerpo no puedo más y mi mente estaba perdida, en un instante caí de espaldas al suelo y perdí el sentido.
Cuando finalmente abrí los ojos, mi familia estaba conmigo, me encontraba en la cama de un hospital, los doctores afirmaban que había sido un milagro, pues era el único que había salido ileso del accidente, los demás sobrevivientes había perdido al menos una extremidad, parte del cuerpo o incluso, la capacidad de poder caminar, condenados a vivir en una silla de ruedas el resto de sus días.
Después de tres días me dieron de alta y regresé a mi hogar, yo vivía solo en un departamento sencillo, a pesar de la insistencia de mis padres porque me quedara con ellos, yo decidí regresar a casa y continuar mi vida, no quería tener que vivir como un refugiado, pero tampoco tenía muchas ansias por volver al mundo, aun así mi familia siempre estuvo conmigo, siempre se los he de agradecer, de igual modo y a causa del accidente, debía tomar terapia psicológica, ya que los doctores dijeron que me ayudaría a sobre ponerme de la situación, pues había pasado por una situación fuerte que podría ocasionarme un problema de desorden emocional o un trastorno psicológico.
Pasado una semana del accidente, me encontraba mirando la televisión, cambiando de canal en canal, hasta que algo llamó mi atención, se transmitía el noticiero y en el se estaba hablando del incidente del túnel, lo que ellos consideraron el mayor accidente vehicular registrado hasta el momento en nuestro país, comenzaron a transmitir imágenes de la escena, de como los cuerpos de rescate limpiaban el lugar y mucha gente destrozada pedía a gritos ayuda, entonces me vi, alguien había logrado grabar mientras estaba tirado en el suelo y los paramédicos me llevaban cargando a una ambulancia, se me llamo el hombre más afortunado del mundo, pero yo me sentía completamente desdichado, mis amigos, mis colegas, mis hermanos, todos habían muerto en aquel lugar, sin contar todas las pobres almas que tuvieron que sufrir ese horrible infierno.
Decidí apagar la televisión y me dirigí a mis cuarto, me deje caer en la cama y me quedé inmóvil, mirando el techo de mi habitación, meditando si es verdad que era el hombre más afortunado del mundo; estaba tan sumergido en mis pensamiento cuando de pronto un ruido me hizo saltar de un susto sobre el colchón, el ruido se había producido en la cocina, me levanté y me dirigí hacía el lugar y me encontré con un vaso roto en el suelo, pedazos de vidrio estaba regados por la zona, por lo que me dispuse a limpiar todo, de pronto ese extraño escalofrío volvió a recorrer mi cuerpo, en ese momento no supe que era, pero sabía que había sido el mismo que experimente en el accidente, creí que necesitaba descansar así que al terminar de limpiar me dirigí nuevamente a mi cuarto a dormir un poco.
Durante mi sueño, comencé a experimentar la visión de una figura de aspecto siniestro, no tenía rostro y se movía como una sombra a través de las paredes de mi casa, soñé que me seguía a donde quiera que fuese y al final de mi sueño, me encontraba sobre un auto, o mejor dicho, la camioneta de mi difunto amigo Benjamín, el auto iba a gran velocidad sobre el túnel en el cual ocurrió aquel accidente, de pronto vi a aquella figura oscura observándome al final del túnel, no se cómo, pero se que lo hacía, entonces esta extendía un esquelético y deforme brazo y tomó el control de mi cuerpo, haciéndome acelerar más hasta impactar contra una pared del túnel, es entonces que desperté, bañado en sudor y con la respiración agitada.
Durante el transcurso de los siguientes días, las visiones se hacían mayor y más nítidas,debía hacer algo o terminaría perdiendo la razón, mi psicóloga me comentó en una de las sesiones, que podría deberse a un trauma emocional producto de mi mala experiencia, pero por más que trataba de convencerme a mi mismo, no podía darle explicación, esa misteriosa figura, ese escalofrío en mi cuerpo, las visiones de mi muerte, algo era seguro, tenía que buscar respuestas en otro lado, de igual forma durante esos días cosas extrañas comenzaron a ocurrir, a todo lugar a donde me dirigía sucedía un accidente, de mucho menor escala a la de mi situación, pero accidentes al fin, algunas veces los objetos sobre repisas se caían sin aparente razón, una incluso llego a caer cerca de mi, por lo que de haber golpeado mi cabeza pudo haberme abierto el craneo, en otra ocasión, mientras caminaba por la calle un ciclista perdió el control de su bicicleta y se impacto contra un muro de concreto cercano, haciendo que el manubrio saliera volando pasando a centímetros de mi cara, rozando ligeramente mi mejilla.
Todos esos acontecimientos hicieron que me volviera algo paranoico, por lo que comencé a investigar sobre mis visiones, buscando en libros que hablan sobre la temática de los sueños inquietantes, busqué en foros a través de internet e incluso comencé a asistir a reuniones con personas que hablaban sobre sus experiencias paranormales, hasta que finalmente obtuve información sobre lo que me estaba pasando.
Durante las sesiones del grupo, una chica decía haber sobrevivido a un accidente de tren, a causa del descarrilamiento del mismo mucha gente murió, excepto ella y otras pocas personas, los muertos se contaban por decenas, partes de cuerpos y litros de sangre se hallában en el lugar, la chica iba acompañada de su mejor amiga, misma que murió decapitada por un trozo de metal que se arrancó del vagón en que viajaban al descarrilarse el tren, contó también que durante varios meses soñó con una figura oscura sin rostro, de manos alargadas y esqueléticas, quien la incitaba a saltar las vías del tren y dejar que este la aplastara bajo sus llantas de metal.
De igual forma, un hombre mayor que yo, contó que el había sido paracaidista junto a su hermano menor, durante un salto a aire libre el paracaídas de ambos falló, haciéndolos caer en picada directo al suelo, sin embargo, el hombre cuenta que al estar a punto de impactar, una ráfaga de aire lo impulso lo suficiente como para caer entre unos arboles, fracturando su pierna y brazo derechos, pero salvando su vida, su hermano por otro lado no corrió con esa suerte y murió tras el impacto en el suelo, dejando una enorme marca carmesí donde su cabeza había golpeado y un rastro hasta donde su cuerpo había rebotado al caer, después de ese día, constantemente soñaba con una figura oscura que lo arrastraba a saltar de un avión sin paracaídas para morir finalmente al impactar contra el suelo.
Todas las historias sonarían como simples tragedias ocurridas a distintas personas, sin embargo, por algo estábamos todos en ese lugar, ya que compartíamos un mismo fenómeno, todos veíamos a la figura oscura sin rostro en sueños, todos al final sufrían la debida muerte que no tuvieron en su momento a través de sus visiones, por lo que ya algunos habían formulado una idea bastante alocada, pero con mucho sentido dentro de la locura que vivíamos, se comenzó a teorizar que esa figura siniestra no era otra que la misma muerte, quien nos quería avisar que nuestra realidad era que debíamos haber muerto en aquellos accidentes, pero por una mala coordinación del destino o por una ligera alteración de la realidad estábamos vivos, a raíz de eso se explicaría el por qué la muerte nos estuviese siguiendo para arreglar el orden de las cosas, pues al ser sobrevivientes, habíamos causado una realidad alterna, misma que debía ser corregida, sé que suena demasiado alocado, pero para ese momento fue lo más lógico y coherente de todo lo que había escuchado.
La teoría fue reafirmada al final, después de que nos enterásemos que el hombre paracaidísta finalmente había sucumbido a sus temores y se había arrojado al vacío, no de una avión, pero si de un acantilado muy alto, cerca del lugar donde había muerto su hermano, de alguna manera nosotros los “marcados”, generamos una especie de vinculo que nos hizo experimentar un presentimiento de cuando uno de los tanto finalmente había muerto.
Después de la muerte de aquel sujeto las visiones aumentaron gradualmente, volviéndose pesadillas, mismas en las que ya no solo veía a esa figura oscura, también veía a aquellos que habían muerto para acomodar la realidad de la que habíamos escapado, todos me llamaban, a donde quiera que fuese, los accidentes eran cada vez mayores, al punto de llegar a pensar en suicidarme, ¿pues que más podía hacer?, seguir así ya no era vida, no quería estar siempre cuidándome de que la muerte vinieran por mí, siempre alerta, ya no podía conciliar el sueño por las visiones y la paranoia que se había generado en mi cabeza.
Ahora reflexiono lo curioso que es el destino, pues al final este siempre encuentra la manera de acomodarse solo, ya que no podía encontrar descanso, decidió salir de la ciudad, tomé un autobús como medio de transporte, pues en mis condiciones no era capas de manejar y sinceramente no quería volver a hacerlo, decidí finalmente ir a la playa a la cual mis amigos y yo habíamos planeado ir, quería finalmente llegar a ese lugar, quería alejarme de todo.
Lo que no esperaba, era que durante el viaje y justamente al pasar por aquel túnel se suscitaría un nuevo accidente, una falla en el motor del autobús hizo que el conductor perdiera el control del vehículo, todos gritaban asustados pero por extraño que suene, mi cabeza rápido resolvió que había llegado al final de mi camino.
El camión se estampó en el mismo lugar donde había chocado con mis amigos, mucha gente resulto herida, pero ninguna de ellas falleció, supongo que para ellos aun no era momento, y todo estaba arreglado para mí.
“De vuelta en el momento actual….”
Supongo que ahora las noticias hablaran de que el hombre más afortunado del mundo se ha vuelto el más desafortunado, debido a lo trágico que ha sido el hecho de haber sobrevivido a un accidente y posteriormente haber muerto en el mismo lugar en otro accidente, después de poco más de un mes, no se ni cómo fue que salí volando por el frente del autobús, la inclinación correcta, la inercia adecuada, no lo sé, ahora me encuentro tirado en el pavimento, jadeando, mi respiración se opaca, escucho ecos de personas corriendo de un lado a otro, pidiendo ayuda, ahora la puedo ver, viene hacia mí.
Creo que es todo lo puedo contarte, esta ha sido mi historia, como ves, no es una gran historia de supervivencia y segundas oportunidades, solo es la historia de un hombre que altero su destino, pero fue su mismo destino quien lo alcanzó al final, el mensaje de mi historia es que sin importar cuanto te esfuerces, si tu destino es morir lo harás, no importan que tan rápido seas, la muerte siempre te alcanzará.
Que dios se apiade de mi alma.
Recuerdo que mientras Benjamín manejaba todos escuchábamos una buena canción, a todos nos gustaba el rock, el metal y otros generos, era una de la tantas cosas que nos unía al estar juntos, recuerdo bien que Paranoid de Black Sabbath estaba sonando en ese momento, los ritmos movidos y alocados de la guitarra acompañados de la batería nos sumergía en un buen ambiente de relajo y descontrol, entre las bromas y juegos, Arturo, que iba en el asiento del copiloto movía ligeramente el volante o cubría y volvía a descubrir rápidamente los ojos a Benjamín.
-Tengan cuidado chicos, no estén jugando así-, a mi me pareció que era un acto peligroso, por lo que les recomendé no continuar con esas travesuras.
-Tranquilo hombre, no pasa nada, tu viste que fue rápido-, me respondió Arturo, mientras Benjamín reía y le daba la razón.
-Solo digo que debemos tener cuidado, ya estamos en la autopista y podríamos pasar por curva peligrosa-, les reiteraba a los chicos, ¿no se por qué?, pero en ese viaje había tomado el papel del responsable y el tipo con el sentido común alerta.
-No te preocupes ya casi llegamos a la playa, pronto estaremos en la arena buscando unas lindas chicas, relájate hermano-, Benjamín me miró por el retrovisor y me apaciguó para que no me pusiera paranoico, algo gracioso, dada la canción que en ese momento escuchábamos.
-Bien, pero voltea la mirada al camino-, contesté a Benjamín con leve zape en la cabeza, ya que iba en el asiento detrás de él, los demás se rieron y Benjamín continuó manejando; el viaje iba bien, pero no esperábamos que una falla de seguridad sería la causa de nuestra tragedia.
Al entrar a un túnel, notamos que una camión grande que transportaba material de construcción, unas barricadas de concreto para ser exacto, iba delante de nosotros a unos escasos diez metros, Benjamín intentó rebasarlo porque el conductor del transporte iba a una velocidad lenta, por la carga que llevaba claro esta, pero debido a que el túnel era de doble sentido, le era difícil a mi amigo rebasar el camión, ya que constantemente pasaban autos en el otro carril.
Finalmente después de unos minutos vimos el final del túnel a lo lejos y entonces todos comenzamos a saborear el aroma de la brisa del mar e imaginar sintiendo la arena en nuestros pies, sin embargo, un ruido nos sacó de nuestra bella visión, pues una falla en el arnés de seguridad del transporte hizo que el peso del concreto lo rompiera, provocando que una de las barricadas se soltara y comenzara a deslizarse hacia nosotros, ya que nuestro auto era el que estaba detrás del camión, era seguro que esa cosas aplastaría el cofre y volaríamos en pedazos, no podíamos retroceder, pues una fila de auto se había formado detrás nuestro, Benjamín entonces comenzó a presionar el claxon de su camioneta con prisas para avisar al conductor del transporte, Arturo, Josue y Yo comenzamos a hacer señas al tipo y a los vehículos detrás para que ellos también se detuvieran, sin embargo no hubo respuesta, pues las personas parecían tomar nuestras acciones como relajo.
-Agárrense fuerte, vamos a rebasar el camión, creo que no vienen carros adelante-, nos dijo Benjamín mientras comenzaba a girar el volante para salir, entonces aceleró y la camioneta avanzó por el lado izquierdo del camión de transporte.
Nos sentimos algo aliviados de librarnos de esa, pero poco tardo nuestra suerte, pues la barricada suelta finalmente cayó al suelo y al hacerlo, arrastró consigo dos más junto al trozo de arnés que estaba colgando, ocasionando que el peso del material levantara momentáneamente el camión por sus llantas traseras, mismas que por la inercia se ladearon e hicieron que el camión se desviara del carril chocando con nuestro vehículo, el impacto hizo que Benjamín perdiera el control del volante y la camioneta se deslizó hasta estamparse con la pared del túnel a nuestra izquierda, yo en un acto desesperado arroje mi cuerpo al suelo del los asientos para tratar de evitar el impacto del camión y la pared del túnel contra la camioneta, pero al final recibí un fuerte golpe en la cabeza que me dejó aturdido.
Mis amigos, así como mucha más gente, no corrieron con tanta suerte, pues el camión no solo impactó con nosotros, ya que al desviarse, creo una onda de choque con los automóviles que venían detrás de nosotros, a su vez, las barricadas de concreto que cayeron al suelo también actuaron como tal, haciendo colisionar a varios autos con dichas estructuras, causando grandes destrozos y accidentes, con esfuerzo me levanté y miré a mi alrededor, todo era un caos, personas muertas ya hacían tiradas en el suelo, algunas habían salido disparadas desde el interior de sus autos por el choque, otras más, víctimas de los trozos de fierro y metal que se desprendieron de los vehículos habían sido cortados de forma espantosa, miembros cercenados, craneo abiertos, amputación de gran parte de sus cuerpos y litros de sangre por todos lados, así como trozos de carne aplastados.
-Chicos, ¿chicos están bien?-, le hablé a mis amigos para comprobar su estado, pero mi impresión fue tal que mis ojos se abrieron hasta no poder más.
Benjamín tenía la mitad del cuerpo destrozado, producto del impacto contra la pared del túnel, Arturo tenía un trozo de metal atravesado en la cabeza, le había roto el craneo arrancado la quijada y desgarrado horriblemente su garganta, Josué era el único que seguía con vida, pero su estado era deplorable, apenas podía respirar, tenía trozos de vidrio en la cara, dañando gran parte de sus ojos, tenía el globo ocular derecho completamente salido, colgando de la cornea y de la cavidad del mismo brotar sangre.
-Josué, Josue me escuchas, vamos hombre contesta-, comencé hablar con Josué, mismo que apenas respiraba, no podía hablar, solo jadeaba, yo estaba entrando en pánico y mis ojos se llenaron de lagrimas.
-No te preocupes, saldremos de esta, vamos amigo, déjame ayudarte a levantar-, intenté ayudar a Josué a levantarse de su asiento, pero este solo se retorció, algo le causaba dolor, entonces me acerqué para ver que era lo que lo lastimaba y nuevamente me llevé una desgarradora sorpresa, Josué tenía una parte de la puerta incrustada en su cadera, la cual se había doblado por el impacto y adquirido forma puntiaguda, también tenía un gran trozo de vidrio de la ventana enterrado en el pulmón, por eso le costaba hablar, respirar y moverse, no había nada que podía hacer, mis amigos estaban muertos, no entendía como es que yo había logrado salir de esa situación.
Como pude, logré salir de la destrozada camioneta, miré todo el siniestro espectáculo, digno de una visión de una novela de terror, pero eso era real, la gente sobreviente lloraba desesperadamente, aquellos que aun no morían agonizaban de dolor, mi mente comenzaba a distorsionarse y mis piernas se doblaron haciéndome caer de rodillas al suelo, era como escuchar la representación de las almas atormentadas del infierno, de pronto un extraño escalofrío recorrió mi cuerpo y sentí una presencia entre todo ese desastre, no supe que era, pero en cuestión de segundos comencé a escuchar a los equipos de apoyo acercarse al lugar, mi cuerpo no puedo más y mi mente estaba perdida, en un instante caí de espaldas al suelo y perdí el sentido.
Cuando finalmente abrí los ojos, mi familia estaba conmigo, me encontraba en la cama de un hospital, los doctores afirmaban que había sido un milagro, pues era el único que había salido ileso del accidente, los demás sobrevivientes había perdido al menos una extremidad, parte del cuerpo o incluso, la capacidad de poder caminar, condenados a vivir en una silla de ruedas el resto de sus días.
Después de tres días me dieron de alta y regresé a mi hogar, yo vivía solo en un departamento sencillo, a pesar de la insistencia de mis padres porque me quedara con ellos, yo decidí regresar a casa y continuar mi vida, no quería tener que vivir como un refugiado, pero tampoco tenía muchas ansias por volver al mundo, aun así mi familia siempre estuvo conmigo, siempre se los he de agradecer, de igual modo y a causa del accidente, debía tomar terapia psicológica, ya que los doctores dijeron que me ayudaría a sobre ponerme de la situación, pues había pasado por una situación fuerte que podría ocasionarme un problema de desorden emocional o un trastorno psicológico.
Pasado una semana del accidente, me encontraba mirando la televisión, cambiando de canal en canal, hasta que algo llamó mi atención, se transmitía el noticiero y en el se estaba hablando del incidente del túnel, lo que ellos consideraron el mayor accidente vehicular registrado hasta el momento en nuestro país, comenzaron a transmitir imágenes de la escena, de como los cuerpos de rescate limpiaban el lugar y mucha gente destrozada pedía a gritos ayuda, entonces me vi, alguien había logrado grabar mientras estaba tirado en el suelo y los paramédicos me llevaban cargando a una ambulancia, se me llamo el hombre más afortunado del mundo, pero yo me sentía completamente desdichado, mis amigos, mis colegas, mis hermanos, todos habían muerto en aquel lugar, sin contar todas las pobres almas que tuvieron que sufrir ese horrible infierno.
Decidí apagar la televisión y me dirigí a mis cuarto, me deje caer en la cama y me quedé inmóvil, mirando el techo de mi habitación, meditando si es verdad que era el hombre más afortunado del mundo; estaba tan sumergido en mis pensamiento cuando de pronto un ruido me hizo saltar de un susto sobre el colchón, el ruido se había producido en la cocina, me levanté y me dirigí hacía el lugar y me encontré con un vaso roto en el suelo, pedazos de vidrio estaba regados por la zona, por lo que me dispuse a limpiar todo, de pronto ese extraño escalofrío volvió a recorrer mi cuerpo, en ese momento no supe que era, pero sabía que había sido el mismo que experimente en el accidente, creí que necesitaba descansar así que al terminar de limpiar me dirigí nuevamente a mi cuarto a dormir un poco.
Durante mi sueño, comencé a experimentar la visión de una figura de aspecto siniestro, no tenía rostro y se movía como una sombra a través de las paredes de mi casa, soñé que me seguía a donde quiera que fuese y al final de mi sueño, me encontraba sobre un auto, o mejor dicho, la camioneta de mi difunto amigo Benjamín, el auto iba a gran velocidad sobre el túnel en el cual ocurrió aquel accidente, de pronto vi a aquella figura oscura observándome al final del túnel, no se cómo, pero se que lo hacía, entonces esta extendía un esquelético y deforme brazo y tomó el control de mi cuerpo, haciéndome acelerar más hasta impactar contra una pared del túnel, es entonces que desperté, bañado en sudor y con la respiración agitada.
Durante el transcurso de los siguientes días, las visiones se hacían mayor y más nítidas,debía hacer algo o terminaría perdiendo la razón, mi psicóloga me comentó en una de las sesiones, que podría deberse a un trauma emocional producto de mi mala experiencia, pero por más que trataba de convencerme a mi mismo, no podía darle explicación, esa misteriosa figura, ese escalofrío en mi cuerpo, las visiones de mi muerte, algo era seguro, tenía que buscar respuestas en otro lado, de igual forma durante esos días cosas extrañas comenzaron a ocurrir, a todo lugar a donde me dirigía sucedía un accidente, de mucho menor escala a la de mi situación, pero accidentes al fin, algunas veces los objetos sobre repisas se caían sin aparente razón, una incluso llego a caer cerca de mi, por lo que de haber golpeado mi cabeza pudo haberme abierto el craneo, en otra ocasión, mientras caminaba por la calle un ciclista perdió el control de su bicicleta y se impacto contra un muro de concreto cercano, haciendo que el manubrio saliera volando pasando a centímetros de mi cara, rozando ligeramente mi mejilla.
Todos esos acontecimientos hicieron que me volviera algo paranoico, por lo que comencé a investigar sobre mis visiones, buscando en libros que hablan sobre la temática de los sueños inquietantes, busqué en foros a través de internet e incluso comencé a asistir a reuniones con personas que hablaban sobre sus experiencias paranormales, hasta que finalmente obtuve información sobre lo que me estaba pasando.
Durante las sesiones del grupo, una chica decía haber sobrevivido a un accidente de tren, a causa del descarrilamiento del mismo mucha gente murió, excepto ella y otras pocas personas, los muertos se contaban por decenas, partes de cuerpos y litros de sangre se hallában en el lugar, la chica iba acompañada de su mejor amiga, misma que murió decapitada por un trozo de metal que se arrancó del vagón en que viajaban al descarrilarse el tren, contó también que durante varios meses soñó con una figura oscura sin rostro, de manos alargadas y esqueléticas, quien la incitaba a saltar las vías del tren y dejar que este la aplastara bajo sus llantas de metal.
De igual forma, un hombre mayor que yo, contó que el había sido paracaidista junto a su hermano menor, durante un salto a aire libre el paracaídas de ambos falló, haciéndolos caer en picada directo al suelo, sin embargo, el hombre cuenta que al estar a punto de impactar, una ráfaga de aire lo impulso lo suficiente como para caer entre unos arboles, fracturando su pierna y brazo derechos, pero salvando su vida, su hermano por otro lado no corrió con esa suerte y murió tras el impacto en el suelo, dejando una enorme marca carmesí donde su cabeza había golpeado y un rastro hasta donde su cuerpo había rebotado al caer, después de ese día, constantemente soñaba con una figura oscura que lo arrastraba a saltar de un avión sin paracaídas para morir finalmente al impactar contra el suelo.
Todas las historias sonarían como simples tragedias ocurridas a distintas personas, sin embargo, por algo estábamos todos en ese lugar, ya que compartíamos un mismo fenómeno, todos veíamos a la figura oscura sin rostro en sueños, todos al final sufrían la debida muerte que no tuvieron en su momento a través de sus visiones, por lo que ya algunos habían formulado una idea bastante alocada, pero con mucho sentido dentro de la locura que vivíamos, se comenzó a teorizar que esa figura siniestra no era otra que la misma muerte, quien nos quería avisar que nuestra realidad era que debíamos haber muerto en aquellos accidentes, pero por una mala coordinación del destino o por una ligera alteración de la realidad estábamos vivos, a raíz de eso se explicaría el por qué la muerte nos estuviese siguiendo para arreglar el orden de las cosas, pues al ser sobrevivientes, habíamos causado una realidad alterna, misma que debía ser corregida, sé que suena demasiado alocado, pero para ese momento fue lo más lógico y coherente de todo lo que había escuchado.
La teoría fue reafirmada al final, después de que nos enterásemos que el hombre paracaidísta finalmente había sucumbido a sus temores y se había arrojado al vacío, no de una avión, pero si de un acantilado muy alto, cerca del lugar donde había muerto su hermano, de alguna manera nosotros los “marcados”, generamos una especie de vinculo que nos hizo experimentar un presentimiento de cuando uno de los tanto finalmente había muerto.
Después de la muerte de aquel sujeto las visiones aumentaron gradualmente, volviéndose pesadillas, mismas en las que ya no solo veía a esa figura oscura, también veía a aquellos que habían muerto para acomodar la realidad de la que habíamos escapado, todos me llamaban, a donde quiera que fuese, los accidentes eran cada vez mayores, al punto de llegar a pensar en suicidarme, ¿pues que más podía hacer?, seguir así ya no era vida, no quería estar siempre cuidándome de que la muerte vinieran por mí, siempre alerta, ya no podía conciliar el sueño por las visiones y la paranoia que se había generado en mi cabeza.
Ahora reflexiono lo curioso que es el destino, pues al final este siempre encuentra la manera de acomodarse solo, ya que no podía encontrar descanso, decidió salir de la ciudad, tomé un autobús como medio de transporte, pues en mis condiciones no era capas de manejar y sinceramente no quería volver a hacerlo, decidí finalmente ir a la playa a la cual mis amigos y yo habíamos planeado ir, quería finalmente llegar a ese lugar, quería alejarme de todo.
Lo que no esperaba, era que durante el viaje y justamente al pasar por aquel túnel se suscitaría un nuevo accidente, una falla en el motor del autobús hizo que el conductor perdiera el control del vehículo, todos gritaban asustados pero por extraño que suene, mi cabeza rápido resolvió que había llegado al final de mi camino.
El camión se estampó en el mismo lugar donde había chocado con mis amigos, mucha gente resulto herida, pero ninguna de ellas falleció, supongo que para ellos aun no era momento, y todo estaba arreglado para mí.
“De vuelta en el momento actual….”
Supongo que ahora las noticias hablaran de que el hombre más afortunado del mundo se ha vuelto el más desafortunado, debido a lo trágico que ha sido el hecho de haber sobrevivido a un accidente y posteriormente haber muerto en el mismo lugar en otro accidente, después de poco más de un mes, no se ni cómo fue que salí volando por el frente del autobús, la inclinación correcta, la inercia adecuada, no lo sé, ahora me encuentro tirado en el pavimento, jadeando, mi respiración se opaca, escucho ecos de personas corriendo de un lado a otro, pidiendo ayuda, ahora la puedo ver, viene hacia mí.
Creo que es todo lo puedo contarte, esta ha sido mi historia, como ves, no es una gran historia de supervivencia y segundas oportunidades, solo es la historia de un hombre que altero su destino, pero fue su mismo destino quien lo alcanzó al final, el mensaje de mi historia es que sin importar cuanto te esfuerces, si tu destino es morir lo harás, no importan que tan rápido seas, la muerte siempre te alcanzará.
Que dios se apiade de mi alma.
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