martes, 18 de octubre de 2016

El Día del Juicio Final



02 de Noviembre de 2015... aun lo recuerdo, una linda noche, las ofrendas puestas para los fieles difuntos, celebrábamos el día de muerto en la ciudad, sin embargo, nunca imaginamos que también seria el día del juicio final en la tierra.....

Mi familia y yo estábamos pasando una noche tranquila en la azotea de mi casa, mi mujer Andrea miraba las estrellas, mi pequeño hijo Alan de 8 años estaba mirando hacia la ciudad, contemplando las luces, mientras yo bebía una cerveza y escuchaba la radio, un poco de música para ambientar el lugar.

De pronto Alan me hablo pidiéndome que me acercara a ver hacia la calle, pues le pareció extraño ver a lo lejos una gran cantidad de personas, la cuales lucían un tanto alteradas, pude percibir que la mayoría parecía correr algo desorientada.

"¿Qué sucede?"

Me preguntó Andrea, pues poco a poco comenzaba a escucharse un gran escándalo a la distancia.

"No lo se... pero mejor entremos, no vaya a ser una manifestación turbulenta y se extienda hacia acá"

"Alan, ve con tu mamá adentro"

"Si papi"

Mi mujer e hijo entraron a la casa y se quedaron en la sala, Andrea encendió el televisor para ver las noticias y ver si se estaba transmitiendo alguna información sobre lo que ocurría, el alboroto se escuchaba cada vez más cerca, mientras yo seguía en la azotea escuchando el tumulto, fue que decidí apagar la radio para entrar a la casa cuando la transmisión fue cortada y un hombre comenzaba a transmitir un mensaje que no tenía sentido para mi en ese momento.

"Atención a todo el publico que este escuchando, lamentamos interrumpir su programación habitual en sus radios y televisores, este es un mensaje de alerta, nos acaba de informar que en varias zonas de la ciudad se están llevando a cabo disturbios, algunos ciudadanos han comenzado a actuar de manera errática y atacan sin razón a quien este a su alrededor, la policía a desplegado un operativo para la contención de estas personas y el arresto de quien este detrás de estos disturbios, según un comunicado por parte del sargento Velázquez estos disturbios no están ligados al crimen organizado."

"¡Raúl!".

Mi mujer me llamó con un grito, yo me asuste creyendo que algo había ocurrido, tome la radio, y entre a la casa.

"¿Qué sucede?"

Pregunte con preocupación, pero todo estaba bien, al menos dentro de lo cabía, mi mujer estaba viendo en las noticias las imágenes de los supuestos disturbios en la ciudad, gente corriendo desesperada mientras otros tantos se abalanzaban corriendo y brincando sobre los desesperados transeúntes, Andrea abrazó a mi hijo para calmarlo, pues todo el alboroto afuera había incrementado y se había asustado.

"Tranquilo hijo, no te asustes, todo va a estar bien... no hay por qué tener miedo"

Yo traté de tranquilizar a mi pequeño Alan, y de paso a mi esposa, pues ella también comenzaba a alterarse; los lleve al segundo nivel de la casa y los deje en la habitación donde dormía con Andrea, los calme un poco y decidí salir a ver como estaba todo en la calle, Andrea me insistió para me quedara pero yo quería saber que estaba pasando, ese ha sido el error más grande de mi vida.

Al subir nuevamente a la azote me percate de que efectivamente la gente se comportaba extraño, eran erráticos, lejos de poder ser comparados con personas comunes, corrían y genial de forma escalofriante, de pronto escuche que un hombre me gritaba desde la calle, parecía que estaba siendo perseguido por un grupo de aquellas personas, lo que me pareció extraño en ese momento fue que esas personas tenían un aspecto extraño, estaban cubiertas de sangre y mostraban claras señas de haber sido heridos, sin embargo, se movían como si no sintieran nada, uno de ellos casi alcanzaba al sujeto que corría.

"¡Ayuda!, ¡ayúdame por favor!".

El hombre me gritó con una expresión de horror en su cara, le grite que bajaría a ayudarle cuando de pronto, el tipo que llevaba más cerca lo alcanzó y abalanzándose sobre el pobre desdichado lo hizo caer al suelo, acto seguido comenzó a morder su cuello y brazos, las demás personas que corrían hacia él también se arrojaron al suelo para mordisquear al pobre hombre que ya hacia en el suelo desangrándose y quejándose con dificultad, pues se quedaba sin fuerzas y comenzaba a ahogarse en su propia sangre, esas personas mordían todo donde pudieran llegar con sus fauces, yo no pude hacer más que mirar atónito el grotesco espectáculo que se desarrollaba en la acera de la calle, cuando el tipo finalmente murió, los atacantes se pusieron de pie y comenzaron a alejarse del cadáver, yo no sabia que hacer o en que pensar en ese momento, por unos instantes creí que todo había terminado, pero repentinamente uno de los sujetos fijo su mirada en mi y dio un fuerte y estruendoso grito con una voz ahogada y rasposa, los demás sujetos voltearon de inmediato y guiados por el sonidos de aquel que grito comenzaron a correr hacia mi, chocando con la pared de la casa intentando fieramente llegar a mi.

A causa del ruido más y más comenzaron a arribar e intentar llegar a donde estaba, algunos comenzaron a correr al rededor del lugar y entonces, el horror; una gran multitud de esas personas a base de golpes y ataques sin sentido entraron a mi casa, escuche a mi mujer gritar y rápidamente entre, al llegar a la habitación noté que mi mujer e hijo estaban bien, pero esas personas estaban entrando por montones, así que decidí defender a mi familia a toda costa, busqué en el armario del cuarto un viejo rifle de cacería que usaba con mi padre de niño y un gran cuchillo tipo monte que me obsequio mi viejo, el cual obtuvo durante su estancia en el ejercito; con esas dos armas hice lo único que tenia en mente, dejando nuevamente a mi familia en la habitación, cerré con llave y me mantuve afuera abatiendo a todo aquel que intentaba llegar hasta nosotros, poco a poco esa horda disminuyó hasta casi terminar, pero lo que no esperaba era que de una manera insólita y casi sobrenatural, esas "cosas" se acumularan detrás de la casa y poco a poco fueran formando una columna de cuerpos y con movimientos toscos y lentos lograran entrar por la ventana de la habitación, lo último que pude hacer antes de perder a mi familia, fue escuchar a mi mujer gritar mi nombre, a lo que con prisas abrir la puerta y de pronto, mi mundo se destruyó.

En el suelo, los cadáveres de mi amada esposa e hijo eran devorados y despedazados por esos monstruos, la rabia invadió mi mente, comencé a atacar a todos los que estaban en la habitación, pero a pesar de eso, su número incrementaba y de no ser por esas personas habría muerto, sin embargo, poco me importaba en esos momentos, pues ya nada tenia valor para mi, mucho menos mi propia vida, la cual se había ido juntos a mi mujer e hijo.

Ha pasado casi un año desde aquel ataque "zombie", que es como la gente se dirige a ellos, un grupo de personas sobrevivientes me rescataron aquella fatídica noche y he peleado día tras día, noche tras noche y en cada momento solo pienso, me pregunto, ¿cuando acabara esta guerra?, una guerra que ha arrasado con casi toda la existencia del planeta y nos ha sumido en el juicio final de la humanidad, los recursos poco a poco escasean, tenemos que estar moviéndonos constantemente, hemos perdidos mucha gente, buenos hombre, mujeres y niños, que se han quedado atrás en este infernal camino hacia el fin de los tiempos, cualquier epidemia que haya sufrido la humanidad no se compara a esta realidad caótica, no se hasta cuando podre sobrevivir, pero seguiré luchando sin descanso hasta el final de mis días, pues se que mi amada y mi querido hijo me esperar del otro lado.


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